
En oposición al vivir mejor occidental, al siempre vivir mejor de la lógica neoliberal, el buen vivir propone un modelo de vida mucho más justo para todos. Para que unos pocos vivan mejor, que es lo que sucede ahora en el Primer Mundo, para asegurar esas desmedidas demandas de consumo y despilfarro, tiene que existir un Tercer Mundo que provea de materias primas y mano de obra baratas. Muchos, en definitiva, tienen que “vivir mal” para que unos pocos “vivan bien”.
El buen vivir es, en cambio, muchísimo más equitativo. En vez de propugnar el crecimiento contínuo, busca lograr un sistema que esté en equilibrio. En lugar de atenerse casi exclusivamente en datos referentes al Producto Interior Bruto u otros indicadores económicos, el buen vivir se guía por conseguir y asegurar los mínimos indispensables, lo suficiente, para que la población pueda llevar una vida simple y modesta, pero digna y feliz.
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Ver tambien Fernando Huanacuni Mamani: Buen Vivir/Vivir Bien - Filosofía, polítiacas, estrategias y experiencias regionales andinas. Lima 2010: Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas. 
sur le Foro de las pueblos indigenas de Lima, nov 2010.
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